🔇Cuando el silencio vence al ruido: el poder de un libro abierto 📖 El infinito en un Junco - Irene Vallejo

📱Cuando la distracción es la regla, leer un libro es casi un acto de desobediencia civil 📖

Deslizamos el dedo cientos de veces al día. Todo pasa, nada permanece. En ese movimiento automático —el scroll infinito— vivimos convencidos de estar bien informados, pero cada vez somos menos conscientes de la realidad.

En El infinito en un junco, Irene Vallejo nos recuerda que el Libro fue, alguna vez, la más avanzada tecnología para conservar el pensamiento y burlar a la huidiza memoria. Hoy leer es más que nunca una necesidad. En el pasado, la lectura era un pasatiempo más entre pocos. Hoy, en cambio, la tecnología nos mantiene presos en una red que nos muestra solo aquello que queremos ver. ¡Nada más nefasto para el pensamiento crítico! Este se alimenta justamente de los matices, de las contradicciones, incluso de aquello que no nos gusta. Por eso quiero compartir contigo una pequeña parte de lo que me deja el estupendo libro de Irene Vallejo, que espero leas muy pronto.

📜 2. El libro: Una tecnología que surge hace 5000 años

Irene nos lleva desde las tablillas de arcilla hasta los códices, recordándonos que el Libro no nació de un día para otro. Fue un invento paciente, un largo proceso de prueba y error que duró siglos. Cada avance —el papiro, el pergamino, el papel— fue una versión beta de lo que hoy tenemos en nuestros libreros. Por eso, cuando se anuncia “la muerte del Libro”, Irene sonríe: el Libro ha sobrevivido a imperios, religiones y revoluciones. Quizá la Biblioteca de Alejandría no resistió los embates del tiempo, pero su legado perdura porque fue edificado con escritura y lectura.

“Creemos que lo nuevo tiene más futuro. En realidad, sucede lo contrario. Cuantos más años lleva un objeto o una costumbre entre nosotros, más porvenir tiene… Es más probable que en el siglo XXII haya monjas que WhatsApp y tabletas. En el futuro habrá sillas y mesas, pero quizá no pantallas de plasma o teléfonos móviles.”

— Irene Vallejo, El infinito en un junco

3. El espejo del scroll: cómo la tecnología imitó al libro 📖📱

“Los objetos longevos, aquellos que llevan siglos entre nosotros, moldean las novedades y les imprimen su sello.”

— Irene Vallejo

Internet, los e-books, los blogs y las redes sociales son descendientes directos del libro. La página web sigue siendo una “página”. El link es una cita. El timeline es un índice moderno. La tecnología no destruyó al libro: lo multiplicó. Pero el Libro tiene un ritmo distinto: es un scroll lento que nos desafía, que nos obliga a detenernos, a pensar antes de pasar la página. Especialmente cuando se trata de los clásicos.

🔥 4. Leer y compartir la lectura, como un acto de rebeldía 💪🏻

Caminas por un centro comercial. La música de moda retumba, los carteles exhiben rostros perfectos que dictan lo que deberías vestir, desear, comprar. Los restaurantes prometen placer instantáneo; las cafeterías, una calma prefabricada.

Te sientas, tomas tu bebida, y sin pensarlo deslizas el dedo por la pantalla. “Ey, mira este video tan gracioso”, le dices a tu pareja. Todo fluye, todo pasa.

En la mesa de enfrente, un hombre sostiene en silencio una edición gastada de Los Miserables. No hay audífonos, ni pantalla, ni brillo azul en su rostro. Solo un libro abierto entre sus manos.

⚡La escena parece fuera de lugar, casi absurda en su quietud. Pero ahí, en medio del ruido y las luces, alguien ha decidido detener el mundo por un instante.

Mientras las grandes corporaciones diseñan algoritmos para capturar nuestra atención, el libro nos ofrece silencio. Nos pide tiempo, concentración, pensamiento crítico. Leer es resistir el consumo instantáneo, es entrenar la mente para pensar, para dudar. Un país que lee es un país más difícil de manipular. Cada lector que se detiene a pensar es una grieta en el muro de la manipulación.

📚 Nico Rost: leer para sobrevivir

Irene recuerda a un personaje fascinante: Nico Rost, autor de Goethe en Dachau. En 1943, preso en un campo de concentración nazi, decidió llevar un diario y organizar un club de lectura clandestino. Cuando no podían conseguir libros, recitaban de memoria fragmentos de los clásicos: Homero, Goethe, Rilke, Stendhal, Virgilio. Siempre con un vigilante atento para alertar si se acercaba un alemán.

“La literatura clásica puede ayudar y dar fuerzas.”
— Nico Rost

Si Rost, en medio del horror, encontraba fuerza en la literatura, ¿cómo no habríamos de hacerlo nosotros, que vivimos rodeados de privilegios? No tenemos excusa, salvo que decidamos —consciente o inconscientemente— vivir una vida vacía, ignorando los siglos de historia y los millones de mentes que nos trajeron hasta aquí.

🌱 5. Conclusión: el infinito que permanece

Este libro me deja un mensaje profundo de esperanza:
¡Vale la pena seguir compartiendo la literatura! 💪🏻
¡Vale la pena seguir leyendo a los clásicos! 💪🏻

Desde que emprendí este camino de compartir el placer de leer y escribir, me siento más conectado con los demás y con la historia. Sé que no es un camino fácil: requiere valentía, constancia y fe. Pero cada lector que se acerca a los libros, cada miembro de nuestro club que descubre su primer clásico, es una chispa que mantiene viva la llama del pensamiento.


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