4 consejos para tener pareja y 4 consejos para que dure: Especial para la comunidad LGBTIQ+

El paradigma de la Soledad


«La soledad mata». Esta frase tan corta la leí hace mucho en el libro de la psiquiatra Marian Rojas Estapé, Cómo hacer que te pasen cosas buenas. Esta fue la conclusión de un estudio en donde se evalúo la vida de muchos individuos hasta la hora de su muerte. Todos coincidían en que lo más importante para ellos no fue el dinero o el estatus social, sino que fueron las relaciones. Les han preguntado a muchos en su lecho de muerte sobre qué es lo que más valoran de su vida o de qué se arrepienten y la respuesta es muy similar a: «ojalá hubiera trabajado menos y dedicado más tiempo a mi pareja, a mis hijos, a mis amigos», u «ojalá me hubiera reconciliado con este familiar y no hubiera perdido tanto tiempo». El estudio mostró que las personas que tenían mejores relaciones vivieron más y mejor. La soledad mata porque nuestra mente sufre profundamente al no tener a otro ser humano al lado que nos comprenda y nos trate con amor [si quieres entender más esto, puedes ir al libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas, capítulo 2 El antídoto al sufrimiento: el amor].

En ese sentido, la comunidad LGBTIQ+ tiene un grave problema, a mi modo de ver: los prejuicios sobre la monogamia han hecho que muchos se resignen a estar solos. No voy a comentar qué opino sobre las relaciones abiertas o sobre las “triejas” (tres personas en una relación); no tengo ningún criterio para hacerlo. Solo hablaré de principios fundamentales. Considero que el problema de la comunidad es que hemos sido estigmatizados desde siempre: se nos ve como un conjunto de gente pervertida que sólo piensa en el acto sexual. Creo que nos hemos creído esto y, como acto de rebeldía, abundan miembros de la comunidad que son profundamente promiscuos. Esta promiscuidad, creo yo, es el resultado de esa rebelión contra los paradigmas de la sociedad que, a su vez, nos ha generado otro paradigma: es poco probable que una relación amorosa entre sólo dos personas dure mucho tiempo, «esa tal monogamia no existe». Y con este paradigma en mente muchos han desperdiciado la oportunidad de establecer una relación de amor con otra persona por «miedo al compromiso», que en mi opinión no es más que la manifestación del paradigma que describí anteriormente: si no es posible que dos personas se amen y sean fieles por toda la vida (o por lo menos algunos años) ¿para qué me esfuerzo y me lastimo? El gran problema es que hemos dejado que se establezcan unos paradigmas errados en nuestra mente; los paradigmas (maneras de ver la vida) que están fundamentados sobre principios erróneos no nos dejan ser felices.

¿Por qué el paradigma de «la monogamia no existe» es erróneo? Se ha comprobado que hay una alta probabilidad de que las personas que sólo buscan sexo casual sufran de depresión [puedes leer sobre esto en el libro Encuentra tu persona vitamina, capítulo 14: El placer, también de Marian]. Se ha explicado este resultado desde el punto de vista de las emociones y las hormonas. Cuando tocamos, cuando nos abrazan y nos besan, se libera oxitocina, la hormona de los abrazos y el bienestar. Esta hormona envía un mensaje al cerebro de que ese es un lugar de bienestar. Cuando se llega al clímax hay un pico o alta concentración de oxitocina y dopamina en sangre. La dopamina simplemente hace que quieras repetir, pero la oxitocina crea el vínculo. El truco está en que dicho vínculo sólo puede perdurar si se trabaja fuera de la cama: los detalles, el cuidado, el mimo, las palabras, el apoyo, las miradas, los gestos, todo eso hace que el vínculo se afirme. Pero al romper el vínculo e iniciar uno nuevo, se reinicia todo otra vez, aunque queda ese vacío de aquellos besos, abrazos y miradas que habíamos interpretado previamente como bienestar. Al no tener ese bienestar, esa profundidad en la relación, sólo logras arañar la superficie y te quedas frustrado, simplemente adicto a la novedad y al orgasmo. Y no se puede vivir sólo de esas cosas. Es básicamente un asunto fisiológico, humano: no estamos hechos para ser superficiales, estamos hechos para crear relaciones sociales profundas. Así, por no entender cómo funciona la mente, muchos miembros de la comunidad viven orgullosos de sus múltiples parejas, pero sufren profundamente en su interior.


4 consejos para conseguir tu pareja ideal 

Habiendo explicado esto, te paso a dar algunos consejos desde mi corta experiencia. Llevo 6 años con mi pareja. Nos conocimos cursando la misma carrera, y yo me enamoré profundamente de él. Algo dentro de mí me decía «es él, es la persona correcta», y justo de eso va mi primer consejo:

Primer consejo: Sigue tus instintos. Eso es muy diferente a seguir tus caprichos; el instinto es esa voz interior que evalúa la situación mucho más rápido que tú y te previene o motiva a actuar. ¿No te ha pasado que has visto a un chico o chica muy guapos, hermosos, pero «hay algo», un «no sé qué» que no te permite aceptarlo del todo? Ese algo es tu instinto. En mi caso yo veía la manera en que trataba a los demás y a mí, la manera de relacionarse con sus amigos y familia, y algo en mí me dijo que él era único. Y créanme ¡nunca había insistido de esa manera en mi vida! Entonces, si te gusta, pero hay algo que no te deja avanzar, detalles que no aceptas, cuidado, ve despacio.

Segundo consejo: Si tienes a alguien en quien confíes y que consideres que te ama y respeta, pide consejo. A veces el enamoramiento nos ciega, ten cuidado. Busca un confidente que te pueda aclarar las ideas y ayudarte a ver todo el panorama. Sí, está bien que tu instinto te diga que él o ella son los indicados, pero tu mejor amigo puede ver las cosas desde una perspectiva que no habías visto antes. Hablar nos ayuda a liberar nuestra ansiedad y dejar las ideas claras.

Tercer consejo: Revisa qué cosas no son negociables. En mi caso, si él no creía que pudiera tener una pareja estable (no estaba dispuesto a ser fiel a una sola persona), consumía drogas o bebía alcohol, era irrespetuoso con su mamá, era irresponsable con sus estudios o no trataba con dignidad a los demás, no estaba dispuesto a seguir adelante con mi plan de conquistarlo. Sé sincero contigo mismo, si no eres de los que van de fiesta y quieres a un fiestero, hay una alta probabilidad de que no funcione. Revisa tus principios.

Cuarto consejo: Cree en ti. Desinstala los paradigmas que tengas sobre ti que no te dejen avanzar. Mejórate, trabaja en ti, ve fortaleciendo tu mente (si quieres consejos sobre mejora continua, revisa en el Menú de este blog las entradas de «¿Por dónde empiezo mi desarrollo personal?») y ve hacia adelante. Insiste; si la persona no te ha dicho que no de manera rotunda, sin ánimo de acosarla, avísale que vas a insistir y sé sincero. Si por el contrario te ha dicho que no rotundamente, pasa la página, ve a otra opción. Somos muchos humanos, créeme. Pero cree primero en ti. Visualiza lo que quieres y ve ganándote su corazón con pequeños detalles: vuelve a lo primario. Un poema, una flor, una postal, una sorpresa. Todo aquello que le muestre lo mucho que te interesa.

4 consejos para que la relación perdure

Primer consejo: Prepárate para molestarte. Te vas a molestar. Cuando pase la fase de enamoramiento vas a ver que a pesar de que él o ella tenían los principios que buscabas, de pronto son unos obsesionados con el orden o tienen alguna manía. Esos son detalles. Prepárate y trabaja en tu desarrollo personal, trabaja en entender que somos muy complejos, estamos llenos de heridas y necesitamos tiempo y amor para sanar. En ese sentido, te aconsejo una hermosa lectura: La Maestría del amor, del Dr. Miguel Ruiz. No te sorprendas cuando te enojes ni digas nada en esos momentos, deja que pase el enojo antes de dirigirle la palabra a la persona que amas.

Segundo consejo: Trabajen y tengan metas conjuntas. Mi pareja y yo tenemos en común nuestro amor por la lectura, y ese amor lo desarrollamos durante nuestra relación. No éramos lectores cuando nos conocimos, pero dado que empecé a trabajar en desarrollo personal, de alguna manera, hemos logrado tener ese gusto en común. Incluso hemos leído libros en conjunto (yo le leo y él me lee) y compartimos clubes de lectura. La economía la manejamos en conjunto. Esto dependerá mucho si con tu pareja viven juntos o no. En mi caso, vivimos juntos hace 6 años y desde ahí no tenemos dinero por separado, todo es un solo ingreso y usamos principios de educación financiera para poder manejar con sabiduría el dinero (Lee con tu pareja La psicología del dinero, de Morgan Housel; Si lo hubiera sabido antes, de Carlos Devis; o Dinero, de Tony Robbins). Por último, la alimentación también debe ser algo compartido. Mi pareja y yo hemos leído algunos libros sobre alimentación e higiene del sueño (COMO, de Carlos Jaramillo; Lo que la comida le hace a tu cerebro, de Uma Naidoo; y Duerme en un dos por tres, del Dr. Michael Mosley). Todo esto, trabajado poco a poco, cada semana, ha hecho que nuestra salud física y psicológica sea mejor ahora que cuando nos conocimos. En el caso de él, pasó de pesar 52 kg a 65 kg (era muy flaco y ahora es más atlético y tiene un cuerpo genial) y yo pasé de tener sobrepeso (llegué a pesar 85 kg) a pesar hoy 66 kg. Todo esto se lo debemos a la lectura y a dedicarnos a ello en conjunto. Con cada lectura lo que haces es generar metas conjuntas y trabajar en ellas les da una razón más para amarse.


Tercer consejo: No des nada por sentado. No te dejes llevar por la inercia, no olvides los detalles, esos poemas espontáneos y esas dedicaciones, esos cuidados y esos mimos. No olvides que el amor de pareja es como una llama que la alimenta tu dedicación y la apaga tu conformismo.


Cuarto consejo: Tengan sexo de acuerdo a sus apetitos. Abre tu mente, ten sexo con tu pareja cada vez que quieras (y ella acceda) y cada vez que ella quiera (y tú accedas). Trata de tener novedad, de conectar profundamente con la mente de tu pareja. Mis mejores experiencias sexuales no han sido las más agresivas o locas, han sido aquellas en las que me sentí profundamente conectado con él en una forma que es distinta; es una conexión más allá de lo físico. No dejes que la inercia te lleve a acostumbrarte a tener sexo por costumbre. Es importante en lo que ponemos atención; cuando sea ese momento, pon toda tu atención en tu pareja, concéntrate en sus gestos, concéntrate en complacerlo, conecta con esa alma gemela.


Este artículo lo escribí al pensar en aquellos lectores que se sienten apesadumbrados por el hecho de estar solos, aunque tienen sexo todas las semanas con distintas personas o que no tienen sexo con nadie. Te digo que parte de lo que ha mantenido mi relación durante estos 6 años ha sido suerte: encontré a un ser maravilloso y lleno de paciencia, que me esperó a que mejorara mi vida. Personalmente creo que, si mi vida no hubiera mejorado a través del desarrollo personal, la lectura y los buenos hábitos, mi relación ya estuviera extinta. Haber cambiado todos esos paradigmas viejos y que nos hacían sufrir hizo que nuestro amor se fortaleciera y que nos acercáramos más y más. Y creo también que estar en este camino no significa necesariamente que él va a estar conmigo hasta que envejezca, pero mientras tenga fuerzas voy a trabajar para eso.


Si quieres que hable más de estos temas o tienes alguna consulta o sugerencia que hacerme, con gusto estaré atento.


Con cariño, 

Juan

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